Por fin. Ya están aquí nuestros Tomates Rosas de la Montaña de Fantova.

Un año duro, lleno de nieves, tormentas, el montaje de los nuevos invernaderos… y, como siempre, trabajo y más trabajo.

Cada año que pasa nos sentimos más resistentes, más montaraces y más lejos de la corrección, de la ortodoxia. Cuando algo diferente, minoritario y local logra sobrevivir al paso del tiempo se convierte en un endemismo. Como algunas especies en los remotos rincones de las altas montañas que conocen la misteriosa fórmula para sobrevivir en ese entorno hostil pero son incapaces de colonizar otros territorios más amables.

Eso somos nosotros, un endemismo en medio de un paisaje de leyenda pero lleno de dificultades. Así somos los habitantes de esta región.

Ahora os toca a vosotros juzgar el fruto de tanto esfuerzo. Porque, como la flor del edelweiss, los endemismos de las altas montañas, sirven sobre todo para emocionarnos cuando los descubrimos cerca de las remotas cimas.

Espero que, un año más, nuestros tomates y nuestros productos, os proporcionen esas emociones que nosotros vivimos a diario, y este año, como novedad, también pagar con tarjeta bancaria.