tomate solidario

tomate solidario

Es muy difícil amar las montañas y no tener una parte de nuestro corazón en Nepal.
Ni siquiera es obligatorio haber estado allí.

Son los paisajes, las montañas que cualquier niño pinta en su cuaderno cuando imagina la silueta de la montaña que, sin haberlas visto jamás, está dentro de su imaginación.
Pero no existen los grandes paisajes sin grandes personas que los habitan. Y ese es el gran valor de Nepal, por el que sus montañas son tan amadas por todos los alpinistas y viajeros del mundo.
Gente sencilla que ha sido capaz de “socializar” sus grandes riquezas naturales para que toda la humanidad se sienta parte de ella. Y aunque esto os parezca grandilocuente es exactamente así.
Y ahora nos necesitan.

Cada uno gestiona sus sentimientos como puede o como le dejan. Y la solidaridad es uno de ellos.
Yo he tenido la inmensa fortuna de ser amigo de Luis Soriano.
Muchos de vosotros habréis visto las imágenes que salen de su cámara, lo mismo durante las numerosas expediciones en las que ha participado (algunas de ellas compartiendo cuerda conmigo, o en las más recientes con Carlos Soria), que en trabajos de publicidad o comunicación.

Durante el terremoto que asoló Nepal el pasado abril, Luis se encontraba en el campo base del Annapurna con la expedición BBVA de Carlos Soria. Él permaneció en Kathmandú ayudando a los nepalís cuando por fin consiguieron salir del campo base.
Y de esa experiencia de primera mano, y de su inmenso corazón surgió la asociación Ayuda Directa Himalaya ayudadirectahimalaya.org

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Y nosotros vamos a colaborar con ellos. Vamos a destinar el 15% de la venta anticipada de nuestros tomates a ayudar a los nepalís a través de la asociación de Luis Soriano.

Ellos, con esta y otras aportaciones, van a intentar construir refugios para que el inminente monzón no sea aun más devastador.

Nuestros tomates ya están a punto de madurar y dentro de unos días podrán llegar a cualquier punto de España para que podáis disfrutar de este producto tan especial.

 

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Pero además, y aunque ellos no lo sepan, servirán humildemente para hacer más soportable este monzón en Nepal. Porque de nada valen las cosas bien hechas si no tienen corazón y sirven a las personas que lo necesitan.

 

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